14 agosto, 2008

El Momento


No siempre es fácil saber, poder elegir el momento adecuado, idóneo para la ocasión.

Si bien es cierto que con frecuencia hago las cosas casi sobre la marcha, hay momentos en que me lo pienso, y procuro que el momento sea el adecuado.

Si hace poco comentaba acerca de las .:· Sorpresas ·:. que da la vida, J*er, casi casi parece que ahora están de rebajas, de ofertas, en lo que sorpresas agradables se refiere.

A raíz de que comenté que por no tener tiempo, por no estar cerca del lugar, casi me pierdo un café, y lo de casi es debido a que aunque no lo tomamos ese día, juraito lo vamos a tomar, tan pronto como podamos·

·A raíz de 'decirlo' por aquí, alguien a quien hace tiempo no saludaba; alguien a quien aprecio, entre otras cosas por las 'trastadas' que nos gastamos de parte y parte, aunque solo sea para estar a la par; alguien que casi por curiosidad de vez en cuando se asoma a internet, y según palabras suyas, acostumbra leer algo de lo que acostumbro escribir.

Ayer, de madrugada, asoma por aquí, y me dice, que eso no se puede quedar así, que ese café que quedó pendiente, bien está que lo tome en su momento con quien me invitó, pero que por cafés no va a ser, y que hoy (por ayer), cuando salga del trabajo, antes de ir a descansar, me invita a un café, y que no vale poner como excusa, ni que no estoy avisado, ni que no se como llegar, así que casi mejor aceptar, como si a mi me costara demasiado cambiar planes para tomar un café, para compartir un momento, para disfrutar de "La Compaña" de quien como a much@s de nosotr@s nos encanta ver amanecer.

Por cositas como esta, merece la pena seguir tomando café.

Madrugar un poco, apenitas más de lo normal, ponerme en camino, para llegar a tiempo de encontrar donde aparcar, buscar la cafetería, con las indicaciones que me habían dado.

Una cafetería de taxistas y camioneros, donde lo habitual es tomar el café de pié, en la barra del bar, casi codo con codo, con quien está haciendo lo mismo que tu, reponer fuerzas, ya sea para después de la jornada de trabajo, llegar hasta casa y descansar, o para l@s que están empezando la jornada, armarse de valor, ponerse la sonrisa "de diario", y afrontar el nuevo día con ganas.

Entre otras cosas, me comenta, que debido al trabajo, anda con la espalda un poco fastidiada, que está por ver si encuentra alguna solución, pero que mientras tanto, que caraj*, hay que seguir, aprovechando las cositas ricas que la vida nos va deparando.

Ese café que iba a ser corto, no solo al pedirlo en la barra, sino en cuanto al tiempo también, se alargó, y a poquito que nos despistamos esa media hora que es lo habitual, se quedo casi en un 3x1, como las ofertas a las que nos tienen acostumbrados las grandes superficies y supermercados.
Cuando nos damos cuenta de la hora, ademas de una carcajada, coincidimos en repetir, en que en otro momento, ya sea al salir del trabajo, o antes de comenzar, volvamos a tomarnos otro café.

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