09 agosto, 2008

San Lorenzo en Fiestas


Una de las Fiestas tradicionales, una de las fiestas a la que por la lejanía de mi Gáldar querida, comencé a acudir solo después de tener un poquito más de independencia. Bueno, para ser un poquillo honesto, independencia siempre tuve, apenitas más de la que me podían conceder quienes me criaron.

A Las fiestas de San Lorenzo, no fui hasta que tuvimos coche en el grupo con el que acostumbraba estar los fines de semana.
Ese año, en que pudimos alejarnos un poco más de nuestro cachito de Isla, año en que además de tener en cuenta la guagua para las idas y venidas, empesamos a tener en cuenta la gasolina, los horarios de las gasolineras, donde estaban las gasolineras más recónditas, para en caso de necesidad, poder alimentar de nuevo el motor de tantos fines de semana·

·Fines de semana en que desde el viernes por la tarde, te dejabas ver, para ayudar 'en algo' al dueño del coche. Ya fuera mirarle las luces, apretar algún tornillo, retocar un poco la pintura, lavarlo, o solo estar allí, en ese solar que era, desde el viernes por la tarde, lugar de reunión.

Estas fiestas tienen el encanto de estar en medio del campo. Bueno, por lo menos en los primeros años en que íbamos, medio perdidos la primera vez, el año siguiente, ya nos costó un poco menos.

Años mas tarde, detrás de un volante, frecuentaba San Lorenzo por motivos laborales, ya que tiene una de las Canteras de la Isla, a la que acudía a recoger material para las obras.
En está época, San Lorenzo seguía siendo un pueblo con encanto, con tranquilidad, con un par de bares de camioneros, donde podías estar mientras almorzabas, ajeno al 'corre corre' del día a día. Bares donde te encontrabas con conocidos, con gente nueva.

Donde hacías amigos, donde pagabas a base de café o de cervezas, algún favor, alguna recomendación, alguna advertencia, y a la inversa también, era frecuente que cuando ibas a pagar el almuerzo, te dijeran " Y ' asta pago", mientras con un giro de cabeza, señalaban en la dirección donde se encontraba quien te había invitado ese día.

Seguías la mirada, y te encontrabas con quien había tenido ese detalle, quien estaba almorzando todavía, quien en apenas una hora, estaría de nuevo al volante, "Sabe Dios" en que parte de la Isla.

En ocasiones tenías mas o menos claro a qué era debido esa invitación, ayudarle con una goma picada, avisarle de calles o carreteras cortadas, dejarle pasar cuando coincidíamos en algún paso estrecho y era él quien iba cargado o con prisas. En esos casos, la sonrisa era casi instantánea, un ligero inclinar la cabeza, o apenas elevar una de las manos, como cuando pides en una cafetería, o llamas a un taxi, pero sin que ser tan llamativo, tan explícito, apenas para que ese amigo, que ha tenido ese detalle contigo, sepa que se lo agradeces.

En las ocasiones en que no tenías "Ni Puñetera" idea de a que era debido, fruncías un poco el ceño, encogías un poco el cuello, preguntándole con la mirada. Te acercabas un momento a la mesa, mientras aprovechabas para volver a saludar a los que estaban en las mesas por las que ibas pasando. Algún comentario acerca de la comida, de lo que estaban bebiendo, de lo limpio que estaban dejando el plato, que pidieran descuento "por eso" :-)

Cuando llegabas a la mesa, saludabas, muchas veces con un "Qué Pasó?", y luego de intercambiar algunas cosas de ese día, de por donde estabas trabajando, o de por donde ibas a estar, preguntabas el motivo de esa invitación.

A pesar de lo chiquita que es la Isla, además de Linda con Ganas, en ocasiones podían pasar semanas, incluso meses en coincidir de nuevo con esa persona. Entonces te recuerda que hace "No se ni cuanto", tuviste un detalle, y como dice el refrán "Es de Bien Nacid@s, Ser Agradecid@s".
Cara de sorpresa, muchas veces, porque casi con toda seguridad, ni te acordabas de ese momento, de ese detalle. Unas risas, algunas bromas, y como saludo un "Vale, Yá pagaremos"·

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